Hoy, en una nueva fecha que conmemora nuestras luchas por un mundo más igualitario, podemos decir que, al tiempo que asistimos a numerosos avances, existen aún notables y lastimosos retrocesos. 

No sorprende que los mismos pasos que gradualmente nos conducen a más derechos, muchas veces sean desandados de manera repentina dentro de un sistema heteropatriarcal que amedrenta a mujeres y diversidades. 

Los hechos que durante los últimos días sacudieron la escena social y mediática, ponen de manifiesto el lugar de sometimiento y vulneración que, pese a masivas luchas y demandas, se imprime sobre nuestros cuerpos.  

Es Igualmente cierto que muchos gritos de justicia quedan truncos en una jurisprudencia que vulnera, criminaliza y revictimiza a nuestras compañeras, como lo hemos visto en cuantiosas causas nacionales y regionales. 

Sin embargo, es gracias a la capacidad articuladora de millones de mujeres y disidencias que, año tras año, logramos dar importantes saltos sociales, culturales e incluso legislativos, así como también acordar una agenda de trabajo mancomunada para mitigar y revertir el daño sistemático de la violencia machista sobre mujeres, LGBTIQ+ y naturaleza. 

En los últimos tiempos, desde los movimientos feministas, venimos incorporando la lucha contra el cambio climático, sabiendo que la tierra ha sido igualmente invisibilizada, neutralizada y oprimida en nombre de la razón patriarcal, y que los costos de la degradación ambiental recaen, sobre todo, en los sectores más vulnerables de la sociedad.  

Indudablemente el estado de situación actual nos obliga a trabajar de manera imperante y colectiva sobre los siguientes ejes: 

- Violencia de género 

- Justicia con perspectiva de género 

- Igualdad laboral y económica 

- Autonomía sobre el cuerpo, derechos, educación, salud sexual y reproductiva 

- Perspectiva de género para la mitigación y adaptación al cambio climático 

Entendemos que no hay igualdad de género posible mientras nuestros cuerpos sigan siendo violentados. De igual manera, sabemos que no habrá justicia social posible sin atender cuestiones primarias como el cuidado de la vida, de las personas y de la tierra.  

Hoy, más que nunca, dependemos de nuestra conciencia y voluntad para salvaguardar nuestras territorialidades. 

Nuestro compromiso desde SAGAI se refuerza año tras año, trabajando por la erradicación de la violencia y la incorporación de la perspectiva de género en nuestros espacios laborales. Seguiremos destinando nuestros mayores esfuerzos en pos de una cultura inclusiva, justa e igualitaria. 

Comisión de Género 

SAGAI