El viejo continente da muestras claras de una avanzada en la regulación de la economía digital para limitar el poder de los gigantes de Internet:
Suiza se convirtió en el segundo país - después de Polonia - en tributar un impuesto que financie el cine local, luego de que el Consejo de Estados aprobara a comienzos de junio el “impuesto Netflix”, que obliga a invertir, al menos, el 4% de sus ingresos en producciones audiovisuales locales.
Por su parte, el gobierno español busca que el próximo año entre en vigencia la "ley Netflix", que impondrá a las grandes plataformas streaming a contribuir a la financiación de la corporación estatal Radio y Televisión Española S.A. (RTVE), a través de una tasa del 1,5% de sus ingresos anuales en aquel país.